CPC Respuesta a sus críticas

En El Mercurio del 06/04/2016, después de haber sido aprobados todos los puntos de la Reforma Laboral por la comisión mixta, nos encontramos con los siguientes puntos, como dudas del empresariado:

-“La titularidad sindical atenta contra la libertad individual de pertenecer o no a un sindicato”.
-“Otorgar a los sindicatos el poder de vetar la extensión de beneficios negociados colectivamente, implica forzar la sindicalización de los trabajadores.
-“Establecer la obligación de negociar a nivel interempresa implica promover negociaciones que desconocen la particular realizada de cada una de las empresas, puede llegar a fomentar la negociación ramal”.
-“Es importante que el proyecto de ley mantenga una referencia explícita a que huelga debe desarrollarse sin violencia”.
-“Chile será una excepción de la OCDE al no tener normas que posibiliten el reemplazo interno. De los 34 países que integran dicha entidad, sólo México no lo permite”.
-“Esta reforma laboral es un acuerdo político que busca artificialmente darle más poder a los sindicatos desequilibrando la relación entre empresa y trabajadores. En ese contexto, nos preocupan a futuro proyectos que van en contra de la productividad y el crecimiento, que son las iniciativas que regularán la subcontratación y polifuncionalidad en los contratos de trabajo”.
Para que nos formemos una idea de la discución, nosotros respondemos esos puntos a continuación:
1.- La titularidad sindical atenta contra una mala práctica de muchos empresarios, quienes al tener negociaciones con sindicatos, generaban grupos negociadores dirigidos por “amigos” de los empresarios. A estos últimos le daban lo solicitado, al sindicato le negaban cada punto planteado. Ello llevaba a bajar la fuerza de los trabajadores. Ademas, los grupos negociadores, por su misma constitución, desaparecían tras la negociación, dejando sin una instancia de exigir lo acordado.
Lo que señala la reforma es que, existiendo, al menos, un sindicato, la empresa no puede negociar con grupos separados, lo cual sabemos que complica a cualquier empresa, ya que existe el viejo dicho de “divide para gobernar”, y esto evita la atomización de los trabajadores.
2.- La segunda frase parte de una queja a la mitad, además de un negativismo. Me explico, para extender los beneficios se necesitan dos partes, la empresa y el sindicato, que lo nombra, es sólo una parte. Además, se prejuzga negativamente, señalando que, quienes trabajan por los trabajadores, van a negar dicho beneficio, cuando no pocas veces es la empresa quien lo hace, cosa que está probada, porque, hasta hoy solo se necesita la empresa para hacerlo, y no todas las empresas lo han extendido.
3.- En éste punto da la impresión de que piensan que uno no sabe nada. Más adelante, Alberto Salas hablará de la OCDE intentando comparar, sin embargo, aquí, él señala que no se quiere una negociación ramal. ¿Sabrá él que en los países de la OCDE se da la negociación ramal?, si ello no impide que países estén mejores que nosotros, ¿porque, de tenerla, nos va a ir mal? Incluir más trabajadores en negociación llevará, necesariamente, a una mejor distribución de la riqueza y ello tendrá como resultado una mayor paz social. Cabe destacar que la negociación ramal se da en la práctica, y que estaba institucionalizada en Chile previo a la ley laboral que hoy nos rige (la ley laboral de José Piñera), pero al empresariado no le gusta. El tema podrá ser tocado en un hilo diferente para mostrar sus virtudes y defectos. Mientras tanto, la Reforma deja el tema igual, es decir con negociaciones ramales no reconocidas, pero ejecutadas en la práctica.
4.- Respecto a la “violencia de la huelga”, usa un término muy amplio, donde, etimológicamente, toda huelga es violenta, no en el sentido de destrozo, sino en el significado de parar la producción. Si lo que le preocupa es la violencia física, existen muchas leyes absolutamente aplicables que hacen innecesario generar una norma más. Por otro lado, no senala que, para que se de una huelga debe existir un pésimo compromiso hacia los trabajadores. No habla él de castigar esa violencia, volviendo a dejar botando la pelota del lado de los trabajadores, negando, así, que los empresarios cometan ilegalidades (se me vienen a la cabeza delitos de evasión de impuestos, colusiones, etc., ejecutadas no por sindicatos o trabajadores).
5.- Aquí nos dice que seremos una excepción respecto a la OCDE. Nosotros le señalamos que para evitar aquello aceptemos la negociación ramal, la huelga cuando los trabajadores la voten (no sólo en tiempos de negociación), y tantas otras cosas que nos hacen únicos, donde, en todas, la posición que gana es la del empresariado.
Al parecer, a ellos sólo les gusta lo aprobado cuando sólo ellos ganan, y donde nunca ceden un milímetro.

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